La primera toma de contacto que tuvimos con Suiza fue la noche de Ginebra. Pero ésta distaba mucho de la que tuvimos hacía apenas un mes en
Dublín. Las calles bastante vacías, sin apenas bares pero en su lugar innumerables restaurantes. Aquello empezó a hacernos sospechar sin embargo nos olvidamos rápidamente de esto al disfrutar de la iluminación navideña. Nos acostamos pronto pues al día siguiente, habíamos quedado con Sergio y Clara en Lausanne.
Lausanne, Lausana en español, con sus 130.000 habitantes es la cuarta ciudad más grande de Suiza y la capital del cantón de Vaud. Hay veces que cuando he hablado con gente de esta ciudad les acaba sonando vagamente el nombre. Esto se debe al ser esta ciudad la sede del Comité Olímpico Internacional, ya sabéis los que han decidido que Madrid no aloje los JJOO de 2012, 2016 ni los de 2020.
Lo primero que uno conoce al llegar a esta ciudad es su magnífica estación de tren (o Gare, como llaman en esas tierras). Además de destacar su exterior me quedo con el interior del Hall central el cual era espectacular además de sobrio. No tengo foto porque además lo tenían decorado por la Navidad por lo que no se podía apreciar todo lo bien que me hubiera gustado.