Día 1 y 2: Warsaw (parte II)


Os acordáis que en la entrada anterior hablaba de la sirenita, es bonita, ¿no? Sin embargo así no era la protagonista original del escudo de Varsovia, y podéis encontrar pruebas del aspecto original muy cerca de la popular plaza de Rynek Starego Miasta, en la plaza Szeroki Dunaj. Ésta se trata de una bonita plaza que no tendría nada que envidiar a la plaza del mercado de no ser por el trato diferencial que se les ha dado: una con bullicio, vida, sin tráfico rodado y muchas terrazas; la otra en comparación parece el parking de la ciudad y un rincón donde se guardan los atrezzos a la espera de ser exhibidos.

En un lateral de la fachada hay un rincón en el que merece la pena detenerse (a la derecha de la primera foto). Aquí podréis ver dos pinturas, a la izquierda la imagen original de la sirena, y a la derecha la actual tras una dura cirugía plástica.

Me imagino que la sirena original bebía como inspiración de la descripción que hacía Homero en su Odisea, con una cabeza horrible (algunos incluso dirían que era un varón) y con cuerpo de dragón. Mientras que la actual responde a la imagen que hizo Hans Christian Andersen en su cuento de la sirenita que es el que nos ha llegado hasta nosotros gracias a la factoría Disney. 



La ciudad vieja termina en su lado noroeste con la muralla y su barbacana. La primera salvo su presencia y el agradable paseo que han preparado en torno a la misma no tiene mucha más anécdota, es sin embargo la segunda la que concentra toda la vida y la cultura. 

No sólo por situarse al inicio de la Calle Freta, si no por alojar en su interior numerosos pintores callejeros que buscan vender sus obras a los numerosos turistas que pasan diariamente buscando entrar a la Ciudad Vieja por su puerta principal. También frente a la barbacana me encontré un grupo de polacos que estaban ¿actuando, ensayando? ahí en medio, al aire libre aprovechando el día soleado.




La foto que tomé de este sitio proximo a la barbacana no sólo es un homenaje a una gran serie como es Los Soprano, si no que también es un Bar mleczny. ¿Un bar qué? Un bar de leche.


Cuando se estableció la URSS en Polonia, se absorbieron la totalidad de los restaurantes del país y éstos pasaron a ser competencia estatal. Al estar subsidiados contaban con un precio muy económico y permitían que todos y cada uno de los ciudadanos polacos pudieran comer diariamente. El apelativo de estos locales se debe a que la carta estaba basada en productos económicos, principalmente lácteos, verduras, pasta y sopas además de platos típicos de la cocina polaca.

Al caer el socialismo la inmensa mayoría de estos bares de leche fueron cerrados, pero unos cuantos sobrevivieron gracias a la tercera edad, los trabajadores y unos cuantos nostálgicos que consideraban que estos lugares eran de lo poco bueno que tenía el comunismo para ellos.

Hago un inciso para acompañar con algunas imágenes algunos ejemplos de la gastronomía polaca que pudimos degustar el mismo día de la visita en un local llamado Gościniec. Contaba con muy buen precio y estaba todo muy bueno (fuimos allí por recomendación de nuestro guía a quién a estas alturas ya le comprábamos todo xD).


La primera foto son los pierogi, el plato estrella o al menos el que más vais a ver en Polonia. Se tratan de unas empanadillas muy típicas que constan de diferentes rellenos y que se pueden tomar hervidos o fritos. Aquí las pedimos de esta primera manera.

El segundo plato son los golabki, traducido como palomitas de repollo o palomitas sin más. Este consiste en hojas de repollo rellenas de carne picada con arroz, al parecer es una receta laboriosa que entra bastante bien aunque con lo que seguro que no fallaréis con cualquier paladar es con los pierogi.


No muy lejos de ese restaurante se encuentra la estatua de El Pequeño Insurrecto (Mały Powstaniec) dedicado a los niños soldado que lucharon y murieron durante el Alzamiento de Varsovia.

Es posible que durante vuestro camino visitando esta ciudad veáis una serie de hitos o indicadores, por ejemplo hay una zona pavimentada en la Plaza del Castillo que recuerda por dónde pasaba la muralla. Sin embargo no es de esos de los que quiero hablaros, si no de otros igualmente históricos,  pero no cuentan una historia de gloria... Si no de vergüenza.

Hablo de los que representan el recuerdo del muro del Gueto de Varsovia.

Si buscáis google maps hay puntos o trozos del muro en algunos puntos algo alejados a los que no fuimos. No era necesario, bastaba con caminar fijándonos de vez en cuando en el suelo identificando y estudiando el recorrido de muros que no tenían ninguna misión de defensa como era el caso de la muralla; si no que buscaban clausurar, clasificar y reducir a seres humanos.

Estos marcadores está bien y son necesarios para que cuando lo necesitemos, nos recuerden que hay momentos que no deben volver y que deben quedarse en hechos históricos, en errores de nuestro pasado.


Y ya para ir concluyendo con la entrada, os comentaba en la entrada anterior, que el Palacio de la Cultura es un edificio que provoca bastante desagrado entre el pueblo polaco, aunque según estuve informándome cada vez menos. También habéis leído que he hecho varias veces referencia al Alzamiento de Varsovia, ambos sucesos están relacionados.

Esto sucedió durante la II Guerra Mundial, el ejército nazi ya no era aquella potencia imparable que protagonizó el llamado blitzkrieg, estaba en retirada ante el inexorable avance del ejercito soviético. Aprovechando aquella situación, el pueblo varsoviano se alzó en armas en 1944 para intentar acabar con la ocupación nazi, confiando en que contaban con el apoyo de los Soviéticos. 

A este acontecimiento se le acabó denominando el Alzamiento de Varsovia. Sin embargo la cosa no fue como esperaban, sí que lograron alzarse en armas y expulsar a sus invasores logrando su independencia antes de que las tropas soviéticas llegasen. Sin embargo Stalin tenía otros planes y dio la orden a su ejército de detenerse para que fuese el ejército alemán el que pacificase a aquel pueblo con tantas ganas de pelea.

El 85% de los edificios fueron destruidos en represalia y sólo en aquel momento, una vez sofocada toda la revuelta, el ejército soviético avanzó. Cambiando entonces los polacos un invasor a punto de ser derrotado por otro que les tendría sometidos hasta 1980. 

En torno a estos acontecimientos hay mucha controversia y debate, algunos creen que con aquel acto sacrificaron todas sus opciones y se ofreció el país en bandeja para los soviéticos. Otros los ven como un ejemplo de heroísmo e inconformismo.

Sea la versión con la que prefiráis quedaros, en la Plaza Krasiński hay un Monumento al Alzamiento que merece la pena ver, no sólo por lo impresionante de la escala escogida si no por cómo representan esos momentos en el que los soldados polacos escapan de las ruinas de la ciudad (en segundo plano en la foto de abajo) y corren a esconderse en las alcantarillas (en primer plano).


Aunque la visita guiada terminó con este monumento, merece la pena recorrer la calle Freta y sus alrededores. Nosotros a última hora de la tarde del día que llegamos escogimos una esquina de la Nueva Plaza del Mercado, anexa a esta misma cale para degustar nuestras primeras cervezas. Una rincón muy bonito que aun teniendo vida era mucho más tranquilo que cualquiera de los dos iconos de la Ciudad Vieja.



Y para concluir, confesar que no todo fue de historia, visitas y reconstrucciones. Como siempre, y como ya dije hubo tiempo para degustar las cervezas locales las cuales aun estando buenas, tampoco guardo ningún recuerdo especial de las mismas.

También reconocer que en la primera noche que pasamos en Polonia, con apenas unas pocas horas visitando el país escogimos precisamente una cervecería cerca del hostel por ser una zona de mucho ambiente. Sin embargo parecía un Alemán por sus salchichas, o directamente un sitio para turistas especializado entre otras cosas, en cervezas. Tal vez fue aquel detalle lo que nos atrajo o su ambiente poblado de gente joven.

Como anécdota había cervezas que eran pura espuma, así que por si en algún momento acabáis en un bar con dibujitos de cervezas con varios niveles de espuma sabed que no son iconos raros, si no una estimación de cómo quedará la cerveza.

Y ya como última imagen, foto gastronómica de nuestra primera comida en Cracovia donde dormimos el segundo día. 

Se trata de unos bigos los cuales eran mejorables. Este nombre es el de otro de los platos nacionales por experiencia que requieren de mucho tiempo de elaboración a fuego lento y se compone de col agria acompañado de varias verduras y algún toque de carne. Lo preferible es que no lo pidáis en un restaurante si no en puestos o ferias al aire libre.


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